miércoles, 12 de septiembre de 2012

El fin del terrorismo: 20 años después

Un 12 de setiembre de 1992, se capturó a Abimael Guzmán, el más grande líder genocida de todos los tiempos que llevo a cabo su lucha popular, un ser despreciable que lleva sobre su conciencia la muerte de miles de peruanos y que al cabo de 20 años su pensamiento aun amenaza a influenciarse en algunas mentes incautas y ajenas a la realidad que se vivió hace mas de dos décadas. Los últimos años se ha identificado que esa ideología senderista quiso institucionalizarse en el sistema democrático a través del denominado Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef). Pero en noviembre del 2011, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) le negó a esa organización, que consignó su fundación el 20 de noviembre del 2009- su inscripción formal por adoptar el principio de “marxismo-leninismo-maoísmo pensamiento ‘Gonzalo’”, que implica actos violentos contrarios a la Constitución Política.
La Estrategia del Movadef
¿Ese rechazo legal ha frenado al Movadef? No, porque mantendrían la estrategia planteada en sus inicios. La web del diario El Comercio accedió a un documento de noviembre del 2008 en donde, como parte del “trabajo de masas” para la constitución y consolidación del movimiento, se plantea “dirigir a las masas en marchas, movilizaciones, protestas, toma de locales, huelgas, paros, huelga de hambre, bloqueos, vigilias, expresión de agravios, agitación”. Asimismo, el plan de construcción del partido propone “organizar eventos académicos (seminarios, charlas, conferencias, etc), artísticos, culturales, literarios y sociales. Entre sus “puntos programáticos” se establece además “fundirse principalmente con las luchas del proletariado minero, la lucha y protesta popular”. Aquí vale recordar que ya se ha advertido anteriormente que elementos del Movadef han estado infiltrados en las protestas mineras en Cajamarca, Espinar y en la huelga de docentes del Comité Nacional de Reorientación y Reconstrucción del Sutep (Conare-Sutep). Precisamente, El Comercio informó en julio pasado que el presidente y ocho de los delegados regionales del Conare aparecen en el padrón del Movadef y tienen una militancia activa. Ello fue aceptado por el dirigente puneño Efraín Condori, presidente de ese sector del gremio de profesores, y por Alfredo Crespo, dirigente del Movadef y abogado del sanguinario Abimael Guzmán Reynoso. “Están buscando apoderarse de los sindicatos, en las organizaciones sindicales, gremiales o políticas tratando de reivindicar las luchas que están haciendo algunos sectores, llámese profesores, minería, estudiantado”, comentó a elcomercio.pe el jefe de la Dirección de Lucha contra el Terrorismo (Dircote) de la PNP, general Herbert Rosas.
Hacia los jóvenes
Según comentó el general, esas organizaciones representan un “lobo disfrazado de cordero” que trata de hacer más asequible su producto para que pueda ser digerido por la juventud que no ha vivido esas épocas de terror, miedo y pánico. “La ideología se mantiene, lo que ha variado es la forma de llegar al objetivo”, sentenció Rosas Bejarano, quien acotó que no se debe descartar que quieran retomar la lucha armada. En el caso de las universidades, viene a la memoria un video difundido en junio del 2010 en donde se ve a un grupo de personas marchando por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Unmsm) y pidiendo la libertad de Abimael Guzmán, una de las demandas del Movadef. En esta casa de estudios hay una base del movimiento, pero la Dircote ha identificado otras en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), en la Cantuta e incluso en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). “Somos” dio cuenta de declaraciones de Alfredo Crespo sobre el Movadef comentando que “el 30% está conformado por ex encarcelados y el 70% por jóvenes”. En la publicación, Fair Quesada Trujillo, un dirigente juvenil, da cuenta de lo que significa la organización, aunque sus palabras dejan una sensación de contradicción: “Nosotros qué autocrítica podemos asumir si no somos el Partido Comunista del Perú. Hemos tomado planteamientos del partido, no hemos dicho que el ‘pensamiento Gonzalo’ no tiene nada que ver, pero no somos el partido”. Saque usted sus conclusiones.
El Pensamiento Gonzalo
El joven dijo “no hemos dicho que el ‘pensamiento Gonzalo’ no tiene nada que ver”. Es decir, sí tiene algo que ver. Y así lo señaló el Movadef en un documento titulado “Algunas cuestiones doctrinarias – Ideario”, que presentó cuando presentó su solicitud de inscripción ante el JNE. Uno de sus principios, según el ente electoral, señala: “Se adhiere o se guía según el acuerdo, por el marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento Gonzalo”. En el primer documento señalado en el tercer párrafo de esta nota se refiere como primer punto ideológico del movimiento: “Enarbolar, defender y aplicar el pensamiento Gonzalo, nuestra arma ideológica, específica y principal”. También se establece las defensas de la jefatura, de la ideología y de la “guerra popular”. Cabe precisar además que ellos sostienen que Guzmán no es un terrorista encarcelado, sino un prisionero político; que en el país no hubo terrorismo, sino guerra interna. En base a ese planteamiento, piden la amnistía general y reconciliación nacional. El informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) destacó que el ‘pensamiento Gonzalo’ era la “línea y estrategia” del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso y que así lo llamaban sus mismos miembros, considerando a Abimael Guzmán como la “cuarta espada del marxismo” después de Karl Marx, Vladimir Ilich Lenin y a Mao Zedong. Quería una revolución comunista con él a la cabeza. Con esa ideología, Sendero fue “el principal perpetrador de crímenes y violaciones a los derechos humanos” y “no tenía respeto a la vida”, según el informe. Este señala además a Abimael Guzmán como el “principal responsable de los crímenes y masacres perpetrados”, que causaron miles de muertes entre 1980 y 2000. El sociólogo Gonzalo Portocarrero dio su impresión sobre el panorama del Movadef en ese aspecto: “En el fondo no han renunciado a la lucha armada, pero pretenden usar la legalidad coyunturalmente sin haber renunciado a la violencia”. A su juicio, el “instigador” del movimiento es Abimael Guzmán, pero “la cabeza visible” es Alfredo Crespo, junto al otro abogado del terrorista, Manuel Fajardo. “Están a la cabeza de movimientos sociales, impulsando movimientos sociales, ofreciéndose como una dirigencia consecuente, luchadora, que va a conquistar lo que otras posiciones quizá más cautas no pueden abordar”, coincidió Portocarrero con Rosas.
¿Cómo combatir la ideología?
Tomando en cuenta esta presencia senderista en organizaciones con participación en la visa social de sectores del país, Portocarrero consideró que debería examinarse el período entre 1980 y 2000 con el fin de generar una mayor autocrítica, pues en el país “hay poca capacidad para convertir la experiencia en una memoria que signifique aprendizaje”. Y “eso es un factor que juega a favor del Movadef”. “Es una cuestión de lucha ideológica, de mostrar lo que significó Sendero. De que produjo un baño de sangre”.
La cúpula marca distancia del Vraem
La semana pasada, la prestigiosa revista británica “The Economist” entrevistó en el penal de Santa Mónica a Elena Iparraguirre, esposa de Guzmán y número dos de la organización criminal. Ella dijo desconocer a los narcoterroristas que operan en el Vraem y reafirmó que Sendero “ha sido derrotado militarmente”. Mientras tanto, Crespo sostuvo que esos sujetos armados son traidores porque desobedecieron al llamado que hiciera Guzmán en su momento para deponer las acciones armadas en favor de una acción política pacífica.

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